El Castillo de Montánchez está emplazado en un lugar de apreciable importancia estratégica, en un elevado cerro de la Sierra de San Pedro. Esta situación así como sus condiciones particulares de díficil acceso y lo elevado y áspero del promontorio, posibilitaron su protagonismo en la Edad Media. La alternancia de moros y cristianos en su dominio posibilitó la adición de elementos arquitectónicos de tipología cristiana sobre la primitiva obra musulmana; de esta época persisten sus tres aljibes y parte de su trazado, así como las zonas bajas de algunos lienzos en sus recintos. Más tarde y bajo la administración de la Orden de Santiago, las reparaciones y añadidos fueron cuantiosos; éstos se centraron en el recrecido de muros y en el levantamiento de varios recintos y cercas envolventes. Con todo, el castillo que hoy podemos contemplar se caracteriza por su emplazamiento dominante, lo irregular de su trazado y la superposición de volúmenes y cortinas. La fábrica se constituye con mampostería, con ripio y abundante cal en el relleno. El cuerpo principal del castillo se levanta en la más elevada cota del terreno, lo que junto a la altura de sus muros, posibilita su actual aspecto dominante y esbelto. Destaca, dentro de este cuerpo principal, "La Torre del Homenaje", pensada ahora como proyecto para albergar un Museo Comarcal. De ella se conserva la caja de muros y en su interior se ubican varias dependencias: una cámara, sala de armas, así como una sala noble, y en la planta inferior, una cámara de almacenar grano. Este castillo es un fiel exponente de lo que fueron los castillo de la Reconquista en la Edad Media.