En torno a los grandes focos de la cultura hispano-visigoda, en especial respecto a Mérida, adquiere cierta importancia la llamada "Ermita de Santa Lucía del Trampal". Levantada a varios kilometros del núcleo de población del Alcuéscar se compone de dos partes claramente diferenciadas; la cabecera es una antigua basílica hispanovisigoda; el resto es una nave gótica, amplia, con arcos fajones apuntados, quizá del siglo XIV o del XV.
Está construida en sillería perfectamente escuadrada. Tiene una sola nave, con amplio crucero, y tres capillas en la cabecera. Toda ella está cubierta con bóvedas de cañón con sección de herradura, salvo los tres tramos que proceden de los ábsides, que son más elevados y donde debió haber estructuras de ladrillo en forma de pequeña cúpula o cimborrio en bóveda de aristas, que hoy faltan. En el crucero hay doce columnas adosadas al muro, correspondiendo a los arcos que inician cada tramo de abovedamamiento. La arquitectura es muy sobria, aunque armónica, pero originalmente estuvo adornada con finas impostas de mármol con diversos motivos de roleos; muchas de ellas han sido arrancadas, pero las que permanecen in situ confirman la cronología visigoda del edificio. En sus inmediaciones pronto estará abierto al público un Centro de Interpretación dedicado a este importante patrimonio, pues es la ermita visigoda más al sur de cuantas se conservan en pie en la península.