Señalamos la dehesa como el ecosistema más interesantes durante el otoño
Ocupan una parte importante de la superficie de la comarca y aparte de ser el sustento de muchas especies de animales salvajes, es la cuna de uno de los mejores manjares que se pueden probar en la vida. En este ecosistema se crían los cerdos ibéricos que tan maravillosamente se curan en estas tierras.
Se trata del paisaje más característico de Extremadura. Es sin lugar a dudas un ejemplo de la acción humana sobre la naturaleza que más cerca esta de lo que llamamos Desarrollo Sostenible. Nace este ecosistema de la eliminación del matorral y del aclareo del bosque mediterráneo. Esto genera productividad al ser humano y de manera paralela a una gran diversidad de animales. Entre ellos muchas de nuestras aves. De nuevo vuelve a ser protagonista la encina y el alcornoque. Aunque en este caso, al contrarío del caso anterior, la densidad del arbolado es mucho menor que en el bosque mediterráneo del que procede.
Encontramos aves como la abubilla, paloma torcaz, pito real, pinzón vulgar, alcaudón común, rabilargo,… además de varias especies de currucas cuando la dehesa conserva matorral, y enriqueciéndose aun más en las dehesas menos arboladas con especies como triguero, tarabilla común,…
Y como no solo en primavera es impresionante la avifauna de la dehesa, cabe destacar la espectacularidad que cobra en otoño este ecosistema con la llegada de la grulla común, paloma torcaz, avefría o zorzales.
En cuanto a rapaces es digno de destacar como zona de nidificación de Elanio común (azul), Milano negro, Busardo ratonero, o Águililla calzada.