Seguramente de origen romano, y prueba de ello es que en la finca de Pascualete aparece una villa romana. En 1588 Felipe II ordenó que se vendieran (entre otros) este lugar de Trujillo llamado Santa Marta de Magasca, por 16.000 maravedíes cada uno de los cincuenta vecinos, y cuatro mil ducados por legua de término. Juan de Vargas Camargo, de la chancillería de Valladolid, actuó en nombre del Rey vendiendo el lugar a Alvaro de Loaisa. Así se convirtió en villa, con su rollo que data del siglo XVI y que hoy podemos contemplar en la Plaza. En las ricas estepas que cubren su término, grandes aficionados practican la caza, al tiro sobretodo de bravías perdices que en el mismo municipio se crian y repuebla. Las Fiestas más destacadas son las Patronales en honor a Santa Marta, el 29 de Julio y Las Candelas el 2 de febrero.