La Aldea del Cano se conoció en la antiguedad como la Venta del Cano. Merece destacar su iglesia parroquial de San Martín de Tours, patrón del pueblo; construida con mampostería y sillería a finales del siglo XV y principios del XVI. Su torre es de planta cuadrada con abundante decoración de bolas que nos marcan la procedencia portuguesa de sus canteros. Hay varios retablos barrocos y rococó pero el más importante es el retablo mayor, del siglo XVII y donde se ubica el Patrón.
La ubicación de este municipio en plena Vía de la Plata, así como en la ruta de Cañadas Reales, le otorga importantes potencialidades turísticas, muy tenidas en cuenta en el futuro desarrollo económico del municipio. Prueba de este enclave son las actuaciones que se han desarrollado en el pueblo como consecuencia del tránsito de los ganados transhumantes en su camino de Monesterio a Astorga, y que forma parte de la revitalización de la transhumancia gracias a proyectos como el denominado "Proyecto 2001".